CAPÍTULO V: LA CALIDAD DEPENDE DE TODOS LOS QUE PARTICIPAN EN EL PROCESO
La calidad la causa el equipo docente
En una escuela los resultados depende de las personas y de las interrelaciones entre las personas, del involucramiento activo de los agentes, los más importantes son los que causan la calidad: el equipo docente, director y maestros. Para mejorar la calidad se transforma la cultura de organización, la actitud inicial de voluntad estimula esa transformación. Un cambio cultural sólido se debe sustentar en valores claros, compartidos y practicados por todos, como la preocupación central por la satisfacción de las necesidades de nuestros beneficiarios y el desarrollo humano de los que intervienen en la escuela, para ello es necesario que el equipo docente comprenda y comparta el propósito del mejoramiento, esto se puede a través del proceso de diseño cuando comprende e internaliza el cambio de visión que suponen las necesidades de los beneficiarios.
No basta con participar. Hay que hacerlo en equipo
El trabajo en equipo hace que una persona compense con su fuerza la debilidad e otro, aquí se toman decisiones y se actúa sobre ellas, se monitorea el proceso, para corregirlas y cambiarlas. En una organización compleja puede haber varios equipos, en la administración de control total de calidad, estos pequeños equipos se llaman “Círculos de Calidad” es un grupo que desempeña. Voluntariamente, actividades de mejoramiento y control de calidad, aborda un problema que es común a los que en él participan, estudia la naturaleza del problema, traza las causas, analiza la información relativa y desarrolla soluciones. Estos círculos son una forma de aprovechar y potenciar la convicción de la filosofía de la calidad de que los trabajadores tienen la capacidad de introducir innovaciones y mejorar en los procesos de trabajo.
La participación en equipo mejora la calidad de vida en el trabajo
Las personas se desarrollan, humanizan cuando participan activa y colectivamente en el mejoramiento de los procesos de trabajo, no se logra cuando se pretende controlar que las personas cumplan su función específica.
La filosofía de la calidad sostiene que las personas se realizan en su trabajo y como personas cuando participan creativamente en el mejoramiento, reconociendo que por sí solos no pueden modificar los procesos que condicionan su quehacer, la participación genera compromiso y satisfacción personal.
Algunos ejemplos de trabajo en equipo en la escuela
1. La participación de los alumnos en proceso de aprendizaje. El alumno aprende más y de forma más duradera cuando el mismo hace descubrimientos y resuelve problemas.
2. El fortalecimiento de la lectura y la escritura. Un círculo de calidad puede proponerse fortalecer esas oportunidades.
3. El mejoramiento del entorno físico, podemos imaginar un círculo de calidad que analice este problema, encuentre sus causas y proponga soluciones.
4. El problema del rezago escolar. Cuando un niño se va atrasando en sus logros de aprendizaje a lo largo del año, puede conducirse al problema de reprobación
La participación debe ampliarse a los padres de familia y a otros miembros de la comunidad
Una escuela debe convertirse en una comunidad educativa en la que participen activamente, alumnos, padres de familia y miembros de la comunidad; no es difícil imaginar cómo se pueden integrar los alumnos a padres a círculos de calidad así se desarrollarán más humanamente al saber que tienen algo que hacer y decir en el proceso continuo de mejoramiento de sus hijos.
Comentario
El trabajo en equipo implica como se vio en este capítulo de valores que permitan un trabajo ordenada y que te humanicen ya que conlleva el relacionarse con otras personas, este tipo de trabajos deben identificar el problema, las causas, tratar de diseñar soluciones y evitar que se vuelvan a presentar estos asuntos en el quehacer educativo es muy importante que todos se involucren en el proceso educativo, equipo docente como principal elemento, padres y toda la comunidad.
Referencia: Schmelkes, Sylvia (1995) Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas (1ª edición) México, D.F.: OEA/SEP